«En estos sagrados recintos no se conoce la vergüenza, y si un hombre ha caído en falta, el amor le guía por la senda del deber, y es llevado por una mano amiga alegre y contento, hacia mejor destino. En estos sagrados muros, donde los hombres fraternizan, ningún traidor acecha, porque el enemigo es perdonado, a quien estas enseñanzas no complazcan, no es digno de ser considerado Hermano»;.